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“El .cat es un signo de identidad y lo tenemos que ver como un paso hacia la normalización de nuestro país”

06 septiembre 2018

Antonio Palmarola tiene 66 años y vive en Barcelona. En un viaje a Donostia se topó con la calle 31 de agosto y se preguntó si todas las fechas del calendario tendrían su calle en algún lugar del mundo. Cuatro años más tarde creó cronovies.cat, una web donde recopila todas las placas de calles con nombre de fecha y explica su referencia histórica.

¿Cómo nació el proyecto cronovies.cat?

Creé la web el año 2008, pero la colección de calles la empecé el 2004 cuando vi la placa del 31 de agosto paseando por Donostia. Me pregunté si todas las fechas del calendario tendrían placa en algún lugar del mundo. Al iniciar su divulgación, un hermano me hizo ver que Màrius Serra, desde el diario Avui, había pedido a la gente nombres de calles con nombre de fecha y su población. Contacté con él y acepté su sugerencia de nombrar Cronovies la web. De esta forma, a una calle con nombre de fecha la llamamos “cronovia” y al calendario de calles, “carrendari”.

¿Qué podemos encontrar en cronovies.cat?

Más de 1900 fotos de “cronovies” de las 366 fechas del “carrendari”. Cada cronovia tiene su enlace a Google Maps para mostrar la ubicación exacta y en cada fecha se explica, si lo he llegado a obtener, el porqué de la conmemoración de la placa. A su vez, también he incorporado calles con nombre de meses, de días de la semana y de estaciones del año. Otra peculiaridad es que están todas las de Cataluña. Las bases de datos de calles de Cataluña del INE y del ICGC me sirvieron de punto de partida para su consecución. Las pocas que faltan o no tienen placa, o son de las nuevas referidas al 1-O que aún no he tenido la oportunidad de fotografiar. Cronovies, también tiene un blog y una parte estadística.

Vemos que hay calles todo el mundo. ¿Cuenta con colaboradores para encontrar estas placas?

Efectivamente, hay “cronvies” de 49 países, pero ha sido una meta que se ha llegado a conseguir gracias a la colaboración de mucha gente. Cuando viajo siempre me preparo qué “cronovies” puedo encontrar y, de hecho, he incorporado un porcentaje muy alto pero hay colaboradores habituales que lo tienen bastante presente y a los que agradezco de todo corazón que piensen en ello. Muchas las he pedido a los Ayuntamientos que en su mayoría se han brindado a aportarlas. Tendría que mencionar a Nicodos, un colaborador argentino, que me ha enviado más 450 y, también, que el “carrendari” se completó por la complicidad que se estableció con una organización juvenil francesa, con raíces en toda Europa, que quería hacer una exposición de una foto de cada día del año. Hicimos un intercambio y ellos tienen más facilidad para movilizar a gente para encontrar las fechas que faltaban.

¿Tenía formación de informática antes de hacer las webs? ¿Cuándo aprendió?

Desde joven he trabajado de informático pero nunca haciendo páginas web. Lo vi como una distracción cuando me jubilé.

Mucha gente utiliza las redes sociales para crear un perfil para sus proyectos. Ya sea una página de Facebook, Instagram o Flickr, entre otros. ¿Por qué optó por hacer un proyecto web?

Tenía claro que una colección de fotos de placas de calle en mi ordenador no lucía mucho. Tenía que visualizarla. Podía colgar las fotos en Flickr pero para contemplar la colección como un calendario no parecía el más adecuado. Así que pensé que una página web era el camino más idóneo.

Sabemos que también gestiona la web palmarola.cat, ¿qué podemos encontrar aquí?

Palmarola.cat es una web sobre todo lo que hace referencia a mi apellido. Hablo de los posibles orígenes del apellido, de árboles genealógicos, de lugares que lo tienen como nombre, de personajes con este apellido que han tenido alguna relevancia y de cosas que lo llevan como marca.

¿Tiene pensado abrir alguna web más?

Sí. Más lúdica, quizás. Pero, de momento, prefiero no destaparlo.

¿Por qué eligió el dominio .cat para sus páginas web?

Es el nuestro. Es un signo de identidad y lo tenemos que ver como un paso hacia la normalización de nuestro país. Tenemos que utilizar las herramientas que se nos ponen a nuestra disposición como muestra de implicación para avanzar. Sin ningún tipo de complejos.

Veo que también tiene una cuenta de correo con dominio .cat. ¿Qué lo hizo decidirse a pasarse a un correo .cat?

La ilusión y el orgullo de poder presumir de un signo propio del país. Dar a conocer que vives en una calle concreta, quizás no nos dice gran cosa; que vives en Sants, o en Gracia, o que eres del Bages, por poner algunos ejemplos al azar, a muchos los enorgullece ya que han estado o han vivido una parte importante de su vida, llegando a querer su gente y sus costumbres. Tenía una cuenta de correo con el operador de la época y, la identificación, era efectiva pero aliena. Un .cat me ofrecía el plus de pertenencia y, a su vez, me garantizaba las mismas prestaciones. No tuve ninguna duda, ya hace más de 12 años.

Hay una historia detrás de cada .cat. Entra en lacomunitat.cat y descubre más. ¿Y tú, ya eres .cat?

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