AHÁ, Ahora He Aprendido
TEXTO: Paula Carreras
Esto en ningún caso irá sobre mí pero sí necesito poner un poco de contexto para poder explicar muy bien de dónde me viene la inquietud de la que quiero hablar. Desde hace poco más de un año, con tres amigas más hacemos un podcast que se llama Gent de Merda. Nos sirve para hablar con gente de nuestra generación (los últimos millennials y los primeros zeta) sobre temas muy diferentes porque hay gente muy potente haciendo cosas interesantísimas. En uno de los programas que publicamos el año pasado hablamos con las chicas de El Pecado Recs, un colectivo no mixto de chicas dedicadas a diferentes disciplinas artísticas, entre ellas la música urbana. Invitamos a dos de ellas, Katta Lana y COOB. Enseguida nos dimos cuenta que teníamos en común dos cosas. Primera: la voluntad de ocupar espacios tradicionalmente masculinizados. En el mundo anglosajón existe la broma que un podcast son cuatro chicos con un micrófono delante y qué decir de la música urbana. Y segunda: la voluntad de generar contenido en catalán. Podcast en nuestro caso, música en el suyo. En un momento dado de la conversación con las chicas de El Pecado, COOB se definió a sí misma como PD. Pincha discos. Y lo hizo con tanta naturalidad que a todas nos llegó a sorprender. No se definió como DJ, se definió como PD. Y aquí es donde voy.
Cuando escribes un «lol» en whatsapp no la escribes pensando que estás cambiando de idioma, está absolutamente normalizado. Y esto es interesante pero también es peligroso.
Los que vivimos en una situación de diglosia permanente a menudo nos vemos arrastrados a adoptar puntualmente expresiones de la lengua dominante. A los catalanes esto nos pasa con el castellano pero también es inevitable que nos pase con el inglés. En un mundo absolutamente digitalizado, un joven de Santa Eulalia de Ronçana puede estar siguiendo el asalto al Capitolio a través de memes que tuitea un señor en Dakota del Norte. Esto es fantástico. Es fantástico pero tiene la trampa que presentan todas las lenguas hegemónicas. Hace unos años yo no había oído hablar nunca del LOL (Laughter out loud) o del BTW (by the way) o del FIY (for your information) o del ASAP (as soon as posible) y ahora mismo si hiciera una búsqueda en mi historial de WhatsApp, todas estas expresiones aparecerían reiteradamente en diferentes conversaciones en catalán. Las usamos y las incluimos en nuestro día a día porque las consumimos en nuestro día a día. Cuando escribes un «lol» en whatsapp no la escribes pensando que estás cambiando de idioma, está absolutamente normalizado. Y esto es interesante pero también es peligroso. No hay que ser un purista de la lengua para velar por su supervivencia (este es un debate larguísimo y eterno) pero cuando tu lengua está oprimida, quizás vale la pena pensar en hacer el esfuerzo de romper con la inercia que nos lleva a adoptar de manera acrítica según qué expresiones de otra lengua dominante.
Es normal que a redes sociales como Twitter o Instagram, donde la comunidad catalanoparlante está presente, se cuelen expresiones que vienen del inglés. Es fácil ver una imagen de una puesta de sol en el Cap de Creus con un pie de foto donde dice magic hour o tuits comentando la actualidad política que reproducen la broma del hold my beer, por ejemplo. Hace unos meses, sin embargo, que vi un tuit de Albert Lloreta (realizador audiovisual, miembro y fundador de la cooperativa audiovisual Bonobo Films) donde utilizaba un acrónimo genuinamente catalán: la AHA (Hoy He Después). La ha utilizado en diferentes ocasiones, supongo que con la voluntad inteligente de actuar de gota malaya. No es el único que vela para catalanizar expresiones. Maria Rovira, también conocida como Oye Sherman (me he estado de utilizar a.k.a., also known as), proponía una alternativa nostrada al OMG (oh my God), el DML (Dios me libre). Pero la reina del baile, en este sentido, es Ofelia Carbonell (músico cellista, escritora, youtuber y -todo sea dicho- una de mis compañeras a Gent de Merda). En su canal de Youtube, donde habla de historia, sociedad y cultura mientras se maquilla, ha transformado el «get ready with me» del mundo anglosajón al «acicálate conmigo» o el «smokey eyes» al «ojos esfumados» . También ha traducido el término «gamer» en mucho más nuestro «juguetona» y mi favorito: del «sister from another mister» al «hermana de otra granada«. Este tipo de juego con la lengua, que puede parecer banal e incluso un punto freak, es lo que hará a la larga que el catalán sea competitivo y atractivo en el mundo digital. AHÁ* que atreverse a jugar con la lengua es empezar a ganarla.
* Ahora He Aprendido.