Periodismo pedagógico
La información tiene un componente pedagógico, y estas dos iniciativas son una buena prueba de ello.
Vivimos en una sociedad de la información, dicen, y convivimos con unos medios en crisis por las dificultades de llegar a nuevas audiencias. Cambia la manera con la que los más jóvenes consumen noticias: los canales, las narrativas, los enfoques… Pero el objetivo continúa siendo el mismo para los más pequeños, los jóvenes y no tan jóvenes: darnos materia prima con la que entender el mundo y, cuando la información nos afecta directamente, para tomar las decisiones correctas. Al periodismo lo rige una vocación de servicio, pero para servir primero ha de llegar al público al que quiere interpelar. También vivimos en un ecosistema pedagógico que de vez en cuando se muestra presto a la innovación, que no hace ascos a introducir en las aulas nuevos instrumentos de difusión de contenido como los podcasts, por poner sólo un ejemplo. Con profesionales que se parten el lomo para acercar las nuevas tecnologías y formas de comunicar a sus alumnos. Y de la suma de estos dos factores surgen propuestas como las de InfoK y Nushu.
InfoK es un informativo dirigido a un público de entre 8 y 12 años. Laia Servera, su directora, explica a puntCAT cual es su filosofía de trabajo. Consideran absurdo preguntarse qué noticias gustan a los “niños”, como si este término designara un grupo homogéneo, especímenes con gustos compartidos. Cada niño es un un mundo, constata: “Los hay a los que les interesa todo y los hay que tienen intereses específicos. De ciencia, astronomía, literatura… También los hay que pasan bastante de todo. Depende de cada individuo, como pasa con los adultos”. Lo que sí cree que hace falta es hacer atractivo el contenido, con gráficas, con narrativas propias del formato “youtuber”, que aparezcan iconos, música o un montaje atractivo. Pero nada que implique rebajar los estándares de la lengua.
No reducen el nivel de su léxico, afirma Servera. El equipo que hay detrás de InfoK considera que si se sustituyen determinadas palabras por otras que puedan ser familiares a su público no se transmitirán términos más complejos y su audiencia no los incorporará en su vocabulario, algo que puede suponer un empobrecimiento de la lengua. Lo que hacen, en cambio, es definir las palabras. No las sustituyen: incluyen la definición al lado de la palabra “complicada”. A pesar de que InfoK se retransmite por televisión convencional, donde mejor funciona es en los canales online. Laia Servera define el informativo como “herramienta pedagógica”: algunos docentes lo pasan a sus alumnos para intentar de despertarles interés por las noticias. Lo que le da un componente pedagógico evidente a la propuesta. Y no es la única iniciativa pensada para el periodismo que, de manera accidental, acaba reinventada con finalidades educativas.
Eva Domínguez, periodista especializada en tecnología, tiene un currículum muy grueso en lo relativo a la producción de contenido para personas de edades comprendidas en la misma franja de audiencia que la del InfoK (8-12 años). Domínguez pasó del Diario de Barcelona a El Periódico para coordinar El Periódico de el Estudiante. A finales de los 90, mientras estudiaba en el programa de máster de telecomunicaciones interactivas de la Universidad de Nueva York, surgiría la semilla de lo que después sería Nushu. Este proyecto toma su nombre de un personaje de ficción, Nushu, un extraterrestre que tiene como misión entender qué hacen los seres humanos sobre la tierra. Utilizando realidad aumentada, este personaje interacciona con sus usuarios mediante juegos y retos varios con los que los niños aprenden.
Al principio, Nushu era una propuesta para unos medios ávidos de encontrar nuevas audiencias: el modelo de negocio era el de venderles la licencia de uso. Pero este modelo no acabó de funcionar, rememora Domínguez. Los medios querían un producto demasiado personalizado, lo que encarecía los costes hasta hacerlos inasumibles, cosa que acabó reorientando Nushu hacia el ámbito docente. La Agencia de Evaluación Pedagógica finlandesa se mostró interesada y les recomendó que el proyecto incorporara guías pedagógicas. Hecho esto, obtuvieron una certificación pedagógica de Finlandia, que le dió acceso a ser escogida como una de las cien innovaciones educativas del mundo. Siete años después, Nushu ha podido seguir adelante por la financiación del gigante de las búsquedas Google y de un grupo de pedagogos incondicionales del proyecto. En el informativo InfoK llaman “infocaires” (con el permiso de los lingüistas) a estos fans. Y es por incondicionales como estos y por los que exploran intersecciones entre periodismo y pedagogía que la educación avanza en las aulas catalanas.