Marina Massaguer: ‘Los jóvenes ya no buscan una comunicación unidireccional sino participar y poder dejar un mensaje en el Instagram de Dulceida’
Hablamos con la filóloga Marina Massaguer, coautora con Avel·lí Flors-Mas y Francesc Xavier Vila del informe “Català, youtubers i instagramers. Un punt de partida per promoure l’ús de la llengua”.
¿Qué entendéis los autores del informe por diglosia digital?
Es el hecho de pensar que el catalán o cualquier otra lengua no es lo suficientemente válida para generar según qué tipo de contenido en redes. Por ejemplo, hemos detectado que además de haber poco contenido en catalán lo que hay se puede clasificar en el monocultivo del humor, explicando episodios de la vida cotidiana en clave humorística. Que está muy bien, pero entonces lo que pasa es que parece que otros contenidos que son muy consumidos por jóvenes como los tutoriales de maquillaje o informaciones sobre celebridades y gaming no se pueden hacer en catalán por falta de referentes. Y todo esto crea toda una serie de inercias y hábitos de consumo que refuerzan esta idea.
También apuntáis que hay un desplazamiento de la audiencia más joven, de entre 16 y 24 años, hacia Internet.
Efectivamente. Nos basamos en datos publicados por el Consell de l’Audiovisual de Catalunya y se ve muy claramente: cuanto más joven es la población más contenido audiovisual consume a través de redes, a través de Instagram, por ejemplo. Creemos que es porque Instagram incluye muchas herramientas que incluyen otras redes. Puedes seguir tanto a tus amigos como a famosos, puedes hacer vídeos, puedes compartir fotos, puedes interactuar… Aglutina toda una serie de potencialidades que en otras redes estaban más dispersas. Si en tu entorno todos tus amigos tienen Instagram probablemente tú también te lo harás. Cuanta más audiencia tiene una red más grande se hace.
¿Y cómo se puede hacer un hueco el catalán en Internet con esta competencia?
Lo mismo que pasa con Instagram pasa con las lenguas: cuantos más usuarios tiene la lengua más usuarios atrae porque se genera más contenido. Es una rueda. Por lo tanto, lo que tenemos que conseguir es que en catalán también se genere un espacio, un mercado, un circuito que por razones obvias de demografía no compite en igualdad de condiciones con el castellano, una lengua global con más de 400 millones de hablantes. Son escalas diferentes.
Entendéis que esta diglosia se explica, en parte, por la falta de referentes…
¡Están surgiendo! Quizá no de forma tan rápida como en castellano pero sí surgen. Y todo parece indicar que próximamente la situación irá mejorando progresivamente. Hemos detectado indicios de crecimiento del mercado youtuber, instagramer y tiktoker en catalán. El ejemplo de Miquel Montoro es un caso que demuestra que puedes triunfar haciendo contenidos en catalán, y después también nos gusta mucho poner como ejemplo el caso de Pol Gise, que tiene muchísimas visualizaciones en sus contenidos en catalán tanto en Youtube como en Instagram. Hay series de ficción como la de Companys de Pis o el fenómeno de lo memes en catalán. El éxito de los contenidos en catalán en las redes probablemente no llegue de un día para otro: se ha de ir creando el caldo de cultivo para que se vaya configurando un ecosistema propio.
¿A más oferta más mercado potencial?
A medida que aumenta la oferta y que esta oferta no solo aumenta sino que consigue visibilidad y los productos son atractivos se generan hábitos de consumo en la audiencia y el círculo de minorización se rompe para dar lugar inercias más favorables a una lengua de tamaño medio como el catalán. La liga en la que hemos de jugar es la del sueco, la del finlandés o la del noruego, no la del castellano, el potencial del cual proviene sobretodo del mercado latinoamericano. Las oportunidades para el catalán y otras lenguas medianas se pueden conseguir a través de iniciativas conjuntas con las que obtener acuerdos con las grandes plataformas para que visibilicen estas lenguas medias.
Pero los hablantes de estas lenguas medias también tienen tendencia a pasarse al inglés…
Con estas lenguas no solo compartimos las mismas oportunidades sino también las mismas desventajas para competir en el mercado global. Uno de los youtubers más conocidos mundialmente es PewDiePie, que es sueco y se expresa en inglés. Nosotros nos hemos centrado en el caso finlandés, que es uno de los más estudiados, los hablantes del cual se encuentran con problemas muy similares a los de los castellanohablantes. Son una población muy joven con un dominio muy alto del inglés y unos hábitos de consumo en redes monopolizados por esa misma lengua. Aunque en nuestro caso los jóvenes catalanes tienen un dominio mucho más alto del castellano que no del inglés. A los finlandeses no les supone un esfuerzo consumir contenidos en inglés, ni a los catalanes consumir contenidos en castellano. Eso, sumado a las ideologías del cosmopolitismo, a discursos que predican que con las grandes lenguas globales nos entendemos todos y que tenemos que pretender que nos entienda el máximo de gente posible, refuerza aún más la hegemonía de las lenguas dominantes.
También hay un punto de querer ser parte de las conversaciones globales ¿no?
Los jóvenes, tanto los que generan contenido como los que los consumen se identifican de alguna forma con lo que hemos llamado comunidades virtuales imaginadas, tomando el término que utilizan los investigadores finlandeses. Los jóvenes quieren formar parte de una comunidad global de creadores o de jugadores de vídeojuegos. La parte de la pertenencia nacional pierde relevancia y en cambio la gana la pertenencia a las comunidades virtuales organizadas por afinidades. El imaginario que creó Súper 3 en los años 80 y 90 permitió unos referentes compartidos, pero no son los de la comunidad online catalana de cierta edad. Siguiendo la analogía anterior, en Finlandia los jóvenes pueden formar parte de estas comunidades virtuales imaginadas con el inglés mientras que en Catalunya eso solo pasa con el castellano. Que seguramente si pudieran muchos jóvenes catalanes lo harían en inglés.
Todo ello se parece bastante a la hegemonía de las lenguas globales en las discusiones de las revistas académicas.
Está la cuestión del dominio de la lengua, y la cuestión de que encuentres una cierta comunidad lo suficientemente atractiva como para formar parte de ella. En el caso del mercado catalán, una forma de hacerlo crecer es generar más referentes atractivos, una Paula Gonu o una Dulceida que hablaran en catalán en sus vídeos.
¿Cuando habláis de acuerdos con las grandes plataformas digitales consideráis la posibilidad de que se invierta dinero público para mejorar el posicionamiento de estos productos en catalán o de ententes para que el algoritmo no perjudique el contenido de lenguas como la nuestra?
De momento hemos hecho la propuesta a Política Lingüística y ellos ya verán en qué se acaba de concretar. Nosotros proponemos acuerdos económicos porque se suelen cumplir más que los estrictamente legales. Este informe es un primer compendio de propuestas para estudiar. Hacen falta acciones viables, realistas y aceptables para corregir el sesgo de las grandes plataformas a favor de las lenguas dominantes. Cuando subes un vídeo en alguna de estas grandes lenguas globales tiene más visitas porque hay más gente dispuesta a ver vídeos en aquella lengua. Esto hace que no puedas competir en igualdad de condiciones.
Hablando con gente como Clàudia Rius de Canal Malaia nos decían que más que llevar lo que se hace en redes a la televisión o a la radio lo que haría falta es consolidar comunidades de creadores online en catalán. Si nos ceñimos a las cifras de preferencia por el contenido en las redes entre los jóvenes de 16 y 24 años (más del 81%) que referís en el artículo, ¿iniciativas como reabrir un canal tipo 3XL no podrían quedar cortas?
Hemos hecho la propuesta del canal porque ya existía y en su momento ya se le asignó una partida presupuestaria. Hemos pensado que es mejor coger un referente existente y adaptarlo a la realidad actual que no crear una cosa de cero. Pero sí, tendría que estar pensado ya desde los códigos de las redes y de la interacción con la audiencia. Los jóvenes ya no buscan una comunicación unidireccional. Ellos quieren participar y poder dejar un mensaje en el Instagram de Dulceida. También insistimos mucho en que lo que tienes que crear son estructuras y circuitos para que las iniciativas desde abajo encuentren este circuito y encuentren la audiencia, porque también hay un problema de visibilidad de los contenidos en catalán por las inercias de las grandes plataformas de las que te hablaba. Hace falta crear estas estructuras.